domingo, 3 de julio de 2011

Huídas, Créditos, Deseos y Humanos

Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?


No seas, ni siempre riguroso, ni siempre blando.


De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe.


Cada uno es artífice de su propia ventura.


Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.


El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad.


¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?


La alabanza propia envilece.


Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.


En la lengua consisten los mayores daños de la vida humana.


No huye el que se retira.


No desees y serás el hombre más rico del mundo.


Dad crédito a las obras y no a las palabras.


Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.


Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de todas las ciencias.
Miguel de Cervantes Saavedra. Don Quijote.


*Enviado con la inconmensurable imaginación y buen humor de Chavito.

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