martes, 15 de abril de 2014

Za Za

Daría lo que fuera por no haber perdido mi pequeña paz, esa que se pegaba al hueso del hábito siun fricción.
Za Za, emperador de Ibiza. Ray Loriga


Muchos gtrandes equipos de fútbol se parten por la mitad porque unos defienden y otros atacan, pero nadie cose.
Za Za, emperador de Ibiza. Ray Loriga


A veces cuesta precisar en qué momento exacto empezaron a torcerse las cosas; nadie se resigna de buena gana a que su vida sea grotesca y menos aún a que su aspecto lo corrobore con tanta exactitud.
Za Za, emperador de Ibiza. Ray Loriga

Si uno se para a pensarlo, a los niños y a los adultos les fascinan sólo dos cosas: lo sorprendente y el abismo que se abre entre los detalles. Justo en eso coincidimos con nuestros iguales más pequeños, ya que la vida adulta nos suele llevar a otros lugares, pero nuestra capacidad de asombro ante lo extraordinario o lo percibido como tal, y nuestra preocupación por el detalle y la tristeza infinita que tal preocupación nos depara nos atrapan en la infancia para no soltarnos jamás.
Za Za, emperador de Ibiza. Ray Loriga 

*Lo descubrí hace 20 años y por fin después de varios sin tener algo que mereciera la pena, este vale la pena. Como siempre frases lapidarias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario